Nos levantamos a desayunar sin poder acabarlo todo, nos despedimos de Cristina y marchamos con todos los trastos hasta la estacion.
Al mirar los carteles buscando nuestro tren nos liamos un poco, y es que hay carteles de hasta donde llegan los trenes y otro con el lugar de donde han salido (aunque en apariencia son los mismos) por eso veiamos que en nuestro mumero de tren aparecia en unos sitios Napoles y en otros Milan. Luego hasta poco antes de llegar el tren no indican en que anden parara y la estacion no es precisamente pequeña, aunque los andenes son muy accesibles.
En esta ocasión ibamos en el vagon 11 “cinema”, era un timo, lo cogà aposta como supuesta promocion (igual que el anterior trayecto con “extra de espacio”) al mismo precio que el normal.
Habia unas pequeñas pantallas en el techo pero que ni funcionaban, eso si, te dejaban en el asiento unos auriculares, pero claro, estabamos en Italia, asi que nos habian quitados unos antes de que subieramos al tren.
El tren llego a circular hasta 300km/h, aunque normalmente iba entre 250-300.
Hacia mucho calor en los vagones, creo que no funcionaba ni el aire acondicionado.
Tras el viaje llegamos a Milan Rogodero, aunque teniamos la reserva hasta Milan Centrale finalmente el hotel que cogimos quedaba mas cerca de Rogoredo.